El vandalismo y los desmanes han sido relacionados íntimamente por la prensa, en el último tiempo, con la dinámica que se vive dentro del Barrio Pedagógico en la comuna de Ñuñoa . Si bien las motivaciones de fondo de las manifestaciones universitarias pueden o no poseer un sentido serio de búsqueda de beneficios o rebelión contra las injusticias, cabe plantear la siguiente interrogante: ¿Es la manifestación violenta la mejor vía para obtener respuestas de las autoridades?. No es tan clara la respuesta, sin embargo, en primera instancia debería estar siempre el diálogo como método de búsqueda de soluciones.
Mediante instancias de diálogo efectivas entre los dirigentes estudiantiles y las autoridades que son responsables de la atención de las problemáticas de este carácter sería posible evitar la realización de manifestaciones violentas. Sin duda sería interesante que las autoridades también cedieran un poco en sus planteamientos y se abrieran al diálogo, en lugar de aplicar represión y mano dura a cada impulso revolucionario del alumnado.
Claramente si las autoridades pertinentes permitieran la generación de instancias de diálogo con el estudiantado se vería beneficiada la comunidad vecinal del barrio, quien sufre las consecuencias de cada manifestación:
- Daño en los bienes públicos como mobiliario en plazas, carteles y semáforos.
- Daño a la propiedad privada: fachadas, rejas, jardines y vidrios rotos.
- Peligro de la integridad física de los vecinos, de los estudiantes no manifestantes, de los escolares de los diversos colegios del barrio y de la fuerza pública.
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